“Fue muy bonito estar en el Real Madrid” le soltó Cristiano Ronaldo a Rodrigo Faez sobre el césped del Olímpico de Kiev en mayo de 2018, para poner fin a su etapa en el Real Madrid después de levantar su quinta Copa de Europa.

Un final abrupto para el máximo goleador histórico del club blanco que levantó de blanco cuatro Champions League, dos Ligas y dos Copas del Rey, entre otros títulos, publica diario AS.

Apenas unas semanas después, la Juventus cerraba su fichaje por 117 millones de euros ($ 126 millones) y abría un nuevo reto en la carrera del portugués. Después de reinar con el Manchester United y con el conjunto blanco, CR7 se veía capaz de llevar la ‘primera’ Champions League a Turín.

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Una de las que él mismo le había privado con una chilena antológica en esa misma edición o haciéndoles caer en la final de Cardiff (1-4) en 2017. Esa final fue mal recuerdo para Giorgio Chiellini, que posteriormente pudo disfrutar en el campo con Cristiano.

El entonces capitán de la Juventus explicó en el pódcast The BSMT que el portugués llegó con rabia a Turín y con ganas de demostrar que el Real Madrid se había equivocado con su venta.

“Su personalidad en los momentos difíciles me impresionó. El primer año quería sacudir al mundo y demostrar que era más fuerte que todo el Real Madrid”, aseguró el defensor italiano sobre su llegada.

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Esa campaña fue la que la Juventus tuvo más opciones de poder alzarse con la Champions League, aunque acabó eliminado por el Ajax de Ámsterdam en cuartos de final tras una notable remontada ante el Atlético de Madrid en octavos con el propio portugués como gran protagonista.

“Tuvimos mala suerte con las lesiones y perdimos contra el Ajax. Si hubiésemos llegado a la final, él nos habría llevado a la victoria”, explicó.

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Chiellini reconoció también que la edad afectó algo al nivel de Cristiano, pero que en general tuvo que estar mejor rodeado para poder acabar con la maldición continental de la Juve.

“En los años siguientes el nivel bajó un poco y él con más edad ya no podía cargar con el equipo él solo. Él era la guinda del pastel, pero necesitaba un pastel más grande”, opinó. Aun así, levantó dos scudetti, dos Supercopas y una Copa de Italia. Además, llegó a los 101 en 134 partidos, acabando su etapa en el conjunto turinés como decimocuarto goleador histórico.

El ‘capitano’ juventino apreció notablemente su compromiso al llegar al conjunto turinés y su actitud dentro del campo y fuera de él.

“Pude apreciarlo. Es un jugador como una ‘multinacional’, pero encajó bien en el grupo. No es como los demás, no puede serlo. No puedes pedirle que tome un aperitivo en el centro de la ciudad, pero nunca falló cuando fue necesario. Tampoco en las cenas de equipo. Es respetuoso, casi obsesivo cuidando su cuerpo y en su preparación. Quiere marcar y ganar”, explicó.

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“Fue un honor ser su capitán en la Juventus y vivir cada día con un campeón como él”, sentenció.