El descenso apremió más que la lucha por el título en Goodison Park. Pese a gozar de una ventaja de cinco puntos respecto a los últimos puestos, el Everton avanzó en su camino hacia la permanencia y aprovechó para poner la zancadilla a su vecino.

Amplió la brecha a ocho puntos a falta de cuatro jornadas. De paso, agotó las opciones del Liverpool al título. Salvo sorpresa mayúscula, Klopp terminará su última temporada en Anfield en blanco.

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Una victoria doblemente dulce para los toffees. La segunda en 14 años contra su vecino. “Habéis perdido la liga en Goodison Park”, cantó la hinchada local en los últimos minutos.

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Lo quiso más el cuadro de Dyche desde el inicio. Más eléctrico, pero a chispazos. Sin corriente, sin apenas fluidez. Solo arranques. Como el que protagonizó Calvert-Lewin a los cinco minutos. Harrison le envió un balón al espacio con el exterior del pie, obligando a Alisson a salir de su meta. El brasileño derribó al inglés, pero no hubo penalti por fuera de juego del delantero.

Al Liverpool le costó entrar en el partido, y el Everton siguió creciendo. Alisson sacó un cabezazo a bocajarro tras el primer cuarto de hora, pero diez minutos más tarde no pudo hacer nada para evitar el gol local. Se sucedieron los balones colgados, y en uno de ellos, en el minuto 26, nadie acertó a despejar y el esférico llegó a Branthwaite, que abrió el marcador totalmente libre de marca.

Acto seguido, los locales se encerraron atrás. Innecesariamente, por lo visto sobre el césped. Se replegaron y les valió con mandar balones fuera de su área. El Liverpool creció en esta tesitura, aunque topándose con Pickford una y otra vez. Darwin en el minuto 35 y Díaz en el 43 fueron quienes más cerca de empatar estuvieron.

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El asedio visitante se intensificó en el descuento, y siguió tras la reanudación. Aunque para entonces, el Everton se había calmado y envalentonado. Con más hombres en terreno contrario. Con más peligro, y con un segundo tanto.

McNeil puso a prueba a Alisson con un tiro desde lejos a los 56 minutos, pero el meta despejó a córner. McNeil colgó el saque de esquina al segundo palo, donde Calvert-Lewin apareció para marcar su sexto gol del curso. El atacante apareció desmarcado, recuperando su olfato goleador. La mitad de sus goles en la presente Premier League los ha marcado en los cuatro últimos partidos.

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Inyección de confianza para los locales. De dudas para los visitantes, que como ocurriese la semana pasada en Bérgamo, se llenaron de prisas y frustración. Se sucedieron los errores y jamás volvieron a meterse en el partido. Será difícil que lo hagan nuevamente en la lucha por el título. El Arsenal está a tres puntos, y el City queda solo uno por detrás, con dos partidos menos. Perdieron los nervios. También el encuentro. Y, potencialmente, también la liga. (D)