Es una estrella. No cabe duda. Tiene 28 años y desde 1999 se ha dedicado al arte, en sus diversas formas. Es en el escenario donde demuestra de qué material está hecha. La cantante mexicana Danna, quien este fin de semana arribó por primera vez a Ecuador para ofrecer dos conciertos con su gira Danna Live -en Quito el viernes y este sábado en Guayaquil- es la prueba de que no existen escenarios pequeños cuando dominas todo lo que presentas en vivo.

Gran voz, excelente show, bailarines entregados y un despliegue escénico exigente en el que a cada paso mostró la pasión con la que su equipo y ella se conectan con el público que los acompaña en cada función.

Los seguidores, son ellos justamente los que logran que un artista se sienta querido en un país extraño. Si bien es cierto el concierto de esta noche, en el Palacio de Cristal (malecón Simón Bolívar) marcó la primera vez de la también actriz en un escenario en Guayaquil, fueron los asistentes al espectáculo los mejores anfitriones de la intérprete de Atari y XT4sis.

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Artistas invitadas

La guayaquileña Naíza fue la primera en aparecer en tarima. No lo hizo sola, contó con un grupo de bailarines liderado por el coreógrafo creativo Pedro Pablo Moscoso.

Interpretó Nena vudú, TBT, Hangover, 120, Si tú me vieras -su más reciente estreno- y Perdóname. A ella le siguió la costarricense Fátima Pinto, quien se confesó enamorada de Guayaquil y su gastronomía. “Guayaquil me ha robado el corazón por completo”, dijo antes de finalizar su actuación y darle paso a la ecuatoriana Yilda Banchón.

La intérprete de Qué nos faltó y El mensaje logró -en complicidad con el público, según señaló- que la propia Danna la invitara al escenario para cantar Amor ordinario.

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‘Me encantan las primeras veces’

La mexicana apareció en el escenario a las 22:00. Un llamado previo de atención de los organizadores por micrófono a los asistentes para evitar que se cambiaran de localidades fue la antesala de su presentación. Sus fanáticos, al igual que ella, fueron apasionados.

No son de los espectadores que asisten a un show por novelería o simplemente a grabar para compartirlo en redes sociales. Conocían las canciones, las historias detrás de cada letra y las coreografías que los nueve bailarines desarrollaban con Danna, una artista que pisa el escenario con aplomo, reconociendo sus ángulos, manteniendo su voz sin perder el aire mientras sube y baja de desniveles, da giros en el aire y se toma su tiempo para leer los mensajes de cariño en los carteles que llevaron algunos de sus admiradores.

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“Me encantan las primeras veces, me encanta saber que acá también me escuchan y me llena el corazón escuchar artistas de todos lados”, dijo la exestrella de la serie Élite de Netflix.

Su actuación la dividió en tres actos: Black Out, en el que cantó Mala fama, Oye Pablo, Nada, El primer día sin ti, Cachito y Un trago. Para el segundo acto cambió su primer look por un atuendo completo en negro. Calla tú, Sodio, Platonik, Mía, Aún te quiero, Amor ordinario, Dos extraños, Tenemos que hablar. En la tercera salida, y cierre de su show, aprovechó para dejar completamente encendidos a los presentes con Aguita electro, Aqyne, Sugar Mami, Atari y Xtasis.

Necesidad de espacios para conciertos

Este 2024 es un año atípico para el público guayaquileño que en su mayoría deberá viajar a otras ciudades para asistir a gran parte de conciertos de artistas internacionales. Sin embargo, en sus escasas oportunidades (hablando de los shows de estrellas foráneas), el Palacio de Cristal es una nueva opción de escenario al que apuntan los empresarios ante la falta de uno realmente acondicionado para espectáculos de esta magnitud en la ciudad. Es uno de los recintos más céntricos actualmente sin necesidad de ir a una explanada, en la que sin pantallas gigantes no se aprecia un show, o alistarse para un viaje hacia un punto remoto al otro lado de Guayaquil. (E)