El efervescente Donald Trump, el del discurso incisivo y duro de la campaña presidencial, no es el mismo ahora como comandante en jefe de la Casa Blanca, al menos en los cien primeros días de su gobierno.

Durante la contienda despotricó contra los inmigrantes, el programa de salud Obamacare, contra China o la OTAN, y catapultó su famoso eslogan “Make great America again” (Hacer grande a América de nuevo). En su discurso de investidura como presidente remarcó también su lema “Estados Unidos primero” con el cual prometió enfocarse únicamente en los intereses de la nación.

Pero, ya con el cargo, poco queda de ese discurso, la dinámica de la política interna y mundial le hizo dar un giro de 180 grados en sus posturas de campaña. Trump llega a sus primeros cien días sin logros importantes y con los índices de aprobación más bajo para un mandatario reciente, en la historia de Estados Unidos.

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“Pensé que sería más fácil”, dijo Trump en una entrevista a Reuters al reflexionar sobre sus cien primeros días. “Echo de menos mi antigua vida. Me gusta trabajar, pero esto es, en realidad, mucho más trabajo”.

En política exterior, el presidente reculó en sus planes, dejando a un costado su lema “American first”. “No podemos ser los policías del mundo, no podemos proteger a todos los países... Estamos perdiendo miles de millones de dólares”, había dicho en campaña al criticar el plan de Hillary Clinton.

En un tuit, en 2013, Trump llamó ‘tonto’ a Barack Obama instando a no atacar Siria. “Si lo haces, ocurrirán muchas cosas muy malas”, escribió. El exmandatario no lo hizo.

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En los primeros días de abril, Trump ordena atacar una base militar en Siria y apunta que el ataque químico que dejó 87 muertos en la nación en guerra cambió su manera de ver un conflicto.

El ataque a Siria elevó la tensión con Rusia, aliado del líder sirio Bashar al Asad. El presidente ruso, Vladimir Putin, hacia quien Trump expresó admiración en tiempos de campaña, hizo advertencias y envió un buque al Mediterráneo.

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Días después, Trump ordenó lanzar la “madre de todas las bombas” en Afganistán contra el grupo Estado Islámico, aumentando la tensión. Paralelamente subió el tono contra Corea del Norte ante el temor de que la nación asiática aliste un nuevo ensayo nuclear. Trump anunció el envío de una “armada muy poderosa” a la zona y Kim Jong-Un amenazó con “reducir a cenizas a EE.UU.”.

La política exterior de Trump, según El País, es ambivalente, puesto que combina la promesa de dureza militar y gran refuerzo del presupuesto del Ejército mientras promueve por otro lado un proteccionismo económico.

En el afán de lograr una desnuclearización de Corea del Norte, Trump también se echó atrás en sus comentarios sobre China y ahora busca su apoyo. “China nos está matando. Devalúan su moneda a un nivel de no creerse”, espetó como candidato y prometió que ‘inmediatamente’ después de que asumiera la Presidencia dispondría para que se etiquetara a China como manipulador de divisas. “No manipulan su moneda”, recalcó después como mandatario.

Sus dardos también apuntaron a la OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte. Cinco días antes de asumir el poder dijo que la organización “tiene problemas, está obsoleta”. El 12 de abril rectificó. “Dije que era obsoleta, ya no es obsoleta (...), es un baluarte en favor de la paz y la seguridad”.

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La rectificación en sus posturas ha sido una constante en estos cien primeros días de gobierno de Trump que ha dado un giro en sus planes, en particular en materia de política exterior. El outsider ha sucumbido a la ‘realpolitk’.

Casa adentro
A 97 días de su mandato, el diario español El Mundo dijo que Trump corría el riesgo de ser un presidente decorativo.

El 22 de octubre pasado, Trump prometió poner en práctica 28 medidas en sus primeros cien días. Hasta el pasado miércoles lanzó 7, entre ellas, la de la reforma al sistema de salud Obamacare, que no pasó de la Cámara de Representantes.

En materia migratoria también enfrenta tropiezos. La prohibición del ingreso de inmigrantes de países de mayoría musulmana fue bloqueada por la justicia, al igual que una orden para recortar fondos a “ciudades santuario”. El plan de construir el muro en la frontera con México aún no se concreta. Lo que sí impulsó Trump fue un polémico plan de deportaciones masivas con redadas en todo el país.

El republicano al frente de la Casa Blanca cierra como el presidente más impopular en sus primeros cien días, según una encuesta del Washington Post y ABC.

La mayoría piensa que no ha logrado mayor cosa hasta y seis de cada diez personas creen que no comprende los problemas de la gente.

Pero Trump no se preocupa por el juicio de su administración en sus primeros cien días y califica esa tradición como una “barrera artificial”, “un estándar ridículo” y no “muy significativo”, publicó The New York Times. (I)

Uno de los robos más grandes en la historia del mundo es lo que China le ha hecho a este país (EE.UU.). Ellos nos vencen con su manipulación de divisas.Donald Trump, 21 de febrero de 2016