Con respeto a las discapacidades y los discapacitados, el país vive con una parte de la población, felizmente una minoría aunque incluya a profesionales de cuarto nivel, que no entiende la razón.

Se convive con ciegos, sordos y mudos funcionales y secuestrados por el fanatismo político. Los que no quieren ver ni oír ni entender la realidad de la lucha contra la delincuencia organizada, el narcotráfico, aliados a la narcopolítica, hoy puestos al descubierto y que han buscado desesperadamente el desbaratamiento del país y tomarse la justicia.

Temor e ideología

Han llegado a tal punto que, como malos ecuatorianos, piden sanciones contra su propio país solo por defender a quienes tienen sentencias condenatorias ejecutoriadas, unos en la cárcel y otros prófugos de la justicia en el exterior, por actos de corrupción comprobados, durante la década en que gobernaron.

También aquellos que miran estos hechos, que permanecen mudos, silenciosos y cómplices desde los diferentes sectores, élites, dirigentes, la academia, la universidad ecuatoriana o desde el Estado llano, que evaden la realidad. Por desinterés viven un mundo diferente a la situación interna y no quieren asumir la responsabilidad y defender un futuro promisorio para hijos y nietos.

Días intensos

Ciegos y sordos a tiempo completo, que siguen obnubilados al prófugo, cuando han quedado al descubierto en las investigaciones penales que se realizan como aliados de sectores vinculados a la delincuencia organizada.

Abogan y defienden a ciegas a uno de sus personajes que está preso en la cárcel, en cumplimiento de dos sentencias condenatorias ejecutoriadas por cohecho agravado y asociación ilícita, con el dictamen de más de una decena de jueces nacionales. Además tiene otras investigaciones penales en desarrollo por actos de corrupción cuando ejerciera cargos públicos.

Les emboban con el argumento de que son perseguidos políticos, y los ciegos y sordos no se comiden en por lo menos razonar, leer, revisar los procesos judiciales e ilustrarse sobre la realidad, y se resisten a rajatabla a ver los hechos.

No se trata de que crean a los críticos de ese sector político. Abran los ojos, lean, contrasten y reflexionen sobre el daño que han hecho a la mayoría de ecuatorianos, que han dividido al país y a las familias hasta llegar a posiciones extremas y polarizadas, sin razonamiento, porque no quieren ver la realidad.

Al no tener argumentos concretos y sólidos que refuten estos hechos, acostumbran a enmudecerse y evadir la realidad e incluso a tratar de censurar las críticas fundamentadas que circulan en redes sociales con el justificativo de que en este chat solo se habla de temas específicos, menos de ese que debiera interesar a todos.

No se dan cuenta de que, al no abrir los ojos y oídos, pueden caer engañados hasta llegar al modelo fracasado del socialismo del siglo XXI y de la dictadura de la revolución bolivariana de Venezuela, que ha logrado la igualdad de su población, pero en la miseria, a tal punto que alrededor de siete millones de personas han huido por falta de comida, de trabajo, de respeto a las libertades y a los DD. HH., con salarios mensuales de 5 a 10 dólares. ¿Ciegos, sordos y mudos, quieren ir a ese modelo oprobioso? (O)